martes, 13 de noviembre de 2012

Andrés Andreani: Entre Béla Tarr y "Longchamps"


Entrevista a Andrés Andreani por Juan Pablo Russo para Escribiendo Cine.

Transgresor en todo lo que emprende, Andrés Andreani (Novak, 2009) presenta, todos los jueves de noviembre a las 21.00 hs en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543), Longchamps (2012). Una película experimental que contó con la participación de 24 actores, 8 cámaras y mucha creatividad.  "No hay nada como hacer una película para conocerse mejor”, dice el joven realizador que filmó para Béla Tarr.



¿Cómo surge hacer una película como Longchamps?
Estaba muy entusiasmado luego de la recepción que tuvo Novak, tanto por parte del público como de la crítica. Sentía que durante todo el proceso había aprendido muchísimo y quería poner a prueba todos esos conocimientos. Junto a Cynthia García Calvo, productora ejecutiva de Longchamps, comenzamos un trabajo intensivo de ensayos y pruebas. Luego del primer día de rodaje, nos dimos cuenta que no nos iba a alcanzar ni el tiempo ni el dinero para construir la historia que teníamos en mente. Yo sabía muy bien lo quería contar, la idea era clara y eso era lo más importante. Estaba abierto a adaptar esa idea al método de producción que mejor acompañase a esta historia.

Pusimos sobre la mesa los elementos con los que contábamos y nos propusimos conseguir lo que nos faltaba. Íbamos a filmar toda la película en un sólo día. Fue así como armamos este nuevo plan de producción, ocho directores de fotografía, ubicados en distintos espacios determinados de la locación, filmaron ocho tomas de una hora sin cortes cada uno. Las ocho tomas registraron simultáneamente la acción de estos 24 actores, que bajo cronómetro, contaban la historia dentro de los límites de una estructura coreográfica perfecta.

¿Cuál fue el planteo inicial y como fue el proceso preliminar al rodaje? ¿Se ensayó previamente cada situación?
Una vez construida la estructura, comencé a escribir la biografía de cada personaje y en algunos casos también la de sus padres, abuelos, bisabuelos, algunas iban hasta mediados del 1800 y se cruzaban con Giacomo Puccini, Bela Bartok o Graciela Alfano.

Una vez definido el elenco total de la película, y habiendo hecho pruebas con cada uno de ellos para ver si podían desenvolverse dentro de esta dinámica, comenzaron los ensayos. Se organizaron en una primera instancia en grupos de a 3 actores. Gran parte de las situaciones que se ven en la película surgieron en ensayos, pero la improvisación cumplió un rol muy importante también el día de rodaje.

¿Cuáles eran las premisas que tenían los actores antes de empezar el rodaje? ¿Había un guión o sólo tenían pautas para improvisar situaciones?
Cada actor conocía muy bien su personaje y la situación en la que se encontraba. Se habían puesto a prueba las relaciones con los otros personajes en ensayos y tenían también que seguir una serie de reglas inamovibles. Por ejemplo, en cada trío, había un personaje que no podía salir del espacio que se le determinaba previamente. Los otros dos, tenían que cronometrar acciones con otros grupos, pero debían turnarse. Esto generó un juego de entradas y salidas muy enérgico. También había objetivos ocultos e información que sólo algunos tenían, lo cual creaba muchas expectativas y sorpresas.

¿Qué pasó cuando te encontraste con ocho horas de filmación que podrían devenir en ocho películas diferentes?
Bueno, cuando recuperé todo el material, me senté y vi las ocho horas, una tras otra. Al final de esa jornada ya había visualizado como iba a ser el montaje. Qué cosas me gustaban, qué cosas no, pero sobre todo, lo importante era poder trazar la línea principal sobre la cual girarían todas las situaciones. Sabía que iba a ser muchísimo trabajo, pero lo tomé con calma y de a poco se fue armando.

En Novak el eje del conflicto era Béla Tarr y en Longchamps Bela Bartók. ¿El nombre Bela es el hilo conductor en tu obra?
Efectivamente. Etimológicamente Béla proviene del húngaro 'bél' que significa 'corazón' o 'interior'. Otras fuentes dicen que tal vez proviene de una palabra turca que significa 'distinguido' o de la palabra eslava para 'blanco'. Todos sustantivos con los que identifico mi obra.

Hablando de Béla Tarr, sé que vio Novak, y que entablaste una especie de relación con él. ¿Cómo sucedió?
Sí, tuve un encuentro con Béla Tarr en el Festival de Berlín en Febrero 2011. Me dijo que le había gustado mucho Novak y tuvimos una larga charla. Yo sentía como si nos conociéramos de toda la vida. Como si ya nuestros films hubiesen hablado por nosotros. Al poco tiempo me llegó una invitación para participar de un workshop de cine dictado por él y producido por el Festival Internacional de Cine de Split, en Croacia. Durante todo un mes vivimos con otros 5 jóvenes cineastas de distintas partes del mundo en el Palacio de Diocleciano realizando cada uno, su propio cortometraje bajo la supervisión de Béla. El mío se llamó The State that I am fish y habla un poco sobre la problemática que de vivir dentro de una película. Los cortos se proyectaron el día del cierre del festival, y luego también en París, en el Centre Pompidou, donde tuve un rencuentro con él y me dijo que nuestro trabajo en Split nos une para siempre. Supe que luego de esa experiencia, decidió abrir una escuela de cine.

¿Si tuvieras que definirte como cineasta como lo harías?
De la misma forma que me definiría como persona. Soy ansioso, caprichoso, romántico, apasionado, aventurero... No hay nada como hacer una película para conocerse mejor, pero es paradójico porque luego de hacer una película no sos más el mismo de antes, así que no sé.

Desde hace unos años estás viviendo y trabajando en París. Contános acerca de tus nuevos proyectos
En París estuve comisionado por una organización de Nueva York que se llama Elastic City, con ellos rodamos un cortometraje de una forma muy particular. Siempre jugando con la línea que divide la ficción de la realidad armé una performance interactiva en la cuál el público se convertía en cineasta. Para Les Amants du Pont Dieu habíamos ensayado con actores y músicos locales una suerte de obra de teatro en movimiento, que 12 cámaras siguieron intuitivamente durante una hora sin cortes a lo largo del Canal Saint Martin.

En Paris terminé también de rodar mi tercer largo, Peter Bartok Jr. Que está aún en proceso de montaje.

Por último, ahora en Buenos Aires estamos ya terminando de escribir junto a Hugo Men, un guion cinematográfico inspirado en la obra de teatro de Strindberg El pelícano. Aún no tenemos productor, pero la idea es rodarla el año que viene en Buenos Aires.

http://www.escribiendocine.com/entrevistas/andres-andreani-entre-bela-tarr-y-longchamps

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